Ben McGinley vino a Harley-Davidson hace cinco años, y en ese tiempo ha hecho relucir todo lo que toca. Mecánico por naturaleza, el va al corazón de la máquina convirtiendo un dibujo en hierro y acero. Inspirándose en el resurgimiento de las motos custom y en eventos como el Yokohama Hot Rod Custom Show, Rockerbox Motofest y Brewtown Rumble, Ben se enfoca en la honestidad y autenticidad de los materiales para encontrar ese factor que hace que la moto sea realmente especial y llevarlo hacia adelante.
Para Ben, la Forty-Eight® siempre ha sido el arquetipo del minimalismo de Harley-Davidson. “Sin duda vuelve a la simplicidad y la honradez. Dos ruedas y un motor. Con un V Twin justo en el centro”. Se trata de diseño, no de decoración. Esencia, pureza y, como siempre, sin compromiso.